martes, 20 de agosto de 2013

El doble exilio - Il doppio esilio

Poesía de Jaime Torres Bodet (1902-1974). Fue diplomático, escritor, ensayista, poeta, secretario de educación pública y de relaciones exteriores y director general de la Unesco.
Esta poesía era entre las favoritas de mi padre.



Private Moon, de Leonid Tishko

SOÑÉ que te soñaba.

Y, a pesar de ese
doble exilio injusto
que obliga al sueño
a desconfiar del sueño,
nunca te vi más alta y más presente;
nunca en la vida fueron
tus ojos más profundos,
tu andar más firme,
tu perfil más tierno.

Miré una luz sin pausa,
un cielo inmóvil,
un puerto de silencio
frente a un mar de palabras, incesante.
En ese puerto, un pueblo de gaviotas,
una invasión de alas...
Cada ala llevaba una pregunta.
Y, con sólo callar, las contestabas.

Era un tiempo sin horas, una plaza
donde no entraron nunca años ni siglos.
Un sitio del que no se descendía
por la escalera abstracta del minuto.
Una serenidad de aire sin aire
en la que respirar hubiera sido
engañarte otra vez, negar tu muerte.

Me contemplabas y me sonreías...
Era la vida, así, como la aurora
de un sueño
en el ocaso de otro sueño.

Y ahora, al despertar,
pienso de pronto
si te soñó mi alma
o fuiste tú,
en el límite de nuestro doble exilio,
quien soñó que mi alma te soñaba.
SOGNAI che ti sognavo.

E, nonostante questo
doppio esilio ingiusto
che obbliga il sogno
a diffidare del sogno,
mai ti vidi più alta e più presente;
mai in vita furono
i tuoi occhi più profondi,
il tuo passo più deciso,
il tuo profilo più tenero.

Guardai una luce senza pausa,
un cielo immovile,
un porto di silenzio
di fronte a un mare di parole, incessante.
In quel porto, un popolo di gabbiani,
una invasione d'ali...
Ogni ala recava una domanda.
E, con il tuo solo silenzio, le rispondevi.

Era un tempo senza ore, una piazza
dove mai entrarono anni nè secoli.
Un posto da cui non si discendeva
per la scala astratta del minuto.
Una serenità di aria senza aria
in cui respirare sarebbe stato
ingannarti di nuovo, negare la tua morte.

Mi contemplavi e mi sorridevi...
Era la vita, così, come la aurora
di un sogno
nel tramonto di un altro sogno.

E adesso, al risvegliarmi,
penso d'improvviso
se ti sognò la mia anima
o sei stata tu,
nel limite del nostro doppio esilio,
che sognasti che la mia anima ti sognava.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario