El 10 de agosto, día de San Lorenzo, la tierra atraviesa las Perseidas y se aprecian las lluvias de meteroros, 'estrellas fugaces'.
La lectura de la poesía es del actor Alberto Lupo.
San Lorenzo, io lo so perché tanto
di stelle per l'aria tranquilla
arde e cade, perché si gran pianto
nel concavo cielo sfavilla.
Ritornava una rondine al tetto:
l'uccisero: cadde tra i spini;
ella aveva nel becco un insetto:
la cena dei suoi rondinini.
Ora è là, come in croce, che tende
quel verme a quel cielo lontano;
e il suo nido è nell'ombra, che attende,
che pigola sempre più piano.
Anche un uomo tornava al suo nido:
l'uccisero: disse: Perdono;
e restò negli aperti occhi un grido:
portava due bambole in dono.
Ora là, nella casa romita,
lo aspettano, aspettano in vano:
egli immobile, attonito, addita
le bambole al cielo lontano.
E tu, Cielo, dall'alto dei mondi
sereni, infinito, immortale,
oh! d'un pianto di stelle lo inondi
quest'atomo opaco del Male!
di stelle per l'aria tranquilla
arde e cade, perché si gran pianto
nel concavo cielo sfavilla.
Ritornava una rondine al tetto:
l'uccisero: cadde tra i spini;
ella aveva nel becco un insetto:
la cena dei suoi rondinini.
Ora è là, come in croce, che tende
quel verme a quel cielo lontano;
e il suo nido è nell'ombra, che attende,
che pigola sempre più piano.
Anche un uomo tornava al suo nido:
l'uccisero: disse: Perdono;
e restò negli aperti occhi un grido:
portava due bambole in dono.
Ora là, nella casa romita,
lo aspettano, aspettano in vano:
egli immobile, attonito, addita
le bambole al cielo lontano.
E tu, Cielo, dall'alto dei mondi
sereni, infinito, immortale,
oh! d'un pianto di stelle lo inondi
quest'atomo opaco del Male!
San Lorenzo, yo sé porque tantas
estrellas en el aire tranquilo
arden y caen, porqué tan gran llanto
centellea en el cóncavo cielo.
Regresaba una golondrina al techo:
la mataron: cayó entre espinos;
ella tenía en el pico un insecto:
la cena de sus pequeñitos.
Ahora está allá, como en cruz, tendiendo
aquél gusano a ese cielo lejano;
y su nido está en la sombra, y espera,
y pía siempre más bajo.
También un hombre regresaba a su nido:
lo mataron: dijo: Perdono;
y quedó en los abiertos ojos un grito:
llevaba dos muñecas de regalo.
Ahora allá, en la casa apartada,
le esperan, esperan en vano:
él inmóvil, pasmado, señala
las muñecas al cielo lejano.
Y tu, Cielo, desde lo alto de los mundos
serenos, infinito, inmortal,
oh! de un llanto de estrellas inundas
este átomo opaco de Maldad!
estrellas en el aire tranquilo
arden y caen, porqué tan gran llanto
centellea en el cóncavo cielo.
Regresaba una golondrina al techo:
la mataron: cayó entre espinos;
ella tenía en el pico un insecto:
la cena de sus pequeñitos.
Ahora está allá, como en cruz, tendiendo
aquél gusano a ese cielo lejano;
y su nido está en la sombra, y espera,
y pía siempre más bajo.
También un hombre regresaba a su nido:
lo mataron: dijo: Perdono;
y quedó en los abiertos ojos un grito:
llevaba dos muñecas de regalo.
Ahora allá, en la casa apartada,
le esperan, esperan en vano:
él inmóvil, pasmado, señala
las muñecas al cielo lejano.
Y tu, Cielo, desde lo alto de los mundos
serenos, infinito, inmortal,
oh! de un llanto de estrellas inundas
este átomo opaco de Maldad!